"Soy
una cinéfila total", dice la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner
en uno de los primeros párrafos de la carta pública que le escribió al
actor Ricardo Darín y que publicó en su página personal de la red social
Facebook.
En una misiva extensa, la primera mandataria se
ocupa de aclararle al protagonista de "El secreto de sus ojos" su
situación patrimonial y la de quien fuera su esposo, el fallecido
presidente Néstor Kirchner. Sobre ese tema se había referido Darín en el
marco de una entrevista concedida a la revista Brando, donde dijo que
le gustaría que le explicaran "el crecimiento patrimonial de los
Kirchner".
Sobre este tema, Cristina indica en su carta: "no ha
habido funcionarios públicos, sean políticos, gobernadores,
legisladores, intendentes, jueces o jefes de gobierno más denunciados
penalmente e investigados por la justicia argentina en materia de
enriquecimiento, que quien fuera mi esposo y compañero de toda la vida, y
quien le escribe. No sólo se investigó a fondo sino que también se
designó al cuerpo de peritos de la Corte Suprema de la Nación para que
realizara pericias contables, que duraron meses, y concluyeron que no se
había cometido ningún acto ilícito, lo que obligó al juez a desestimar
las denuncias".
"Nunca en toda la historia política de la
Argentina se ha podido acceder a las Declaraciones Juradas de un
funcionario público con mayor facilidad, frecuencia y publicidad que a
las de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner", agrega la
Presidenta.
Asimiso, la jefa del Estado se mostró partidaria de
transparentar la presentación de declaraciones juradas. "Sería bueno,
sano y transparente para el sistema democrático si todas las
Declaraciones Juradas de gobernadores, intendentes, jueces, magistrados,
ministros de la Corte, estuvieran a disposición de toda la sociedad,
publicadas, analizadas y publicitadas como siempre lo son las de Néstor
Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner", sostuvo.
También,
Cristina mencionó, aunque sin hacer juicio de valor, una entrevista al
Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, en la que él
expresó que "mantiene sus ahorros en dólares", además de que, según
palabas de la mandataria, "cuando el periodista le preguntó por el monto
de sus divisas, se rehusó a contestar y declaró que el monto figura en
su Declaración Jurada, que es pública".
En otro orden, la
Presidenta también se refiere a otro de los puntos que el actor tocó
referidos a la actualidad nacional, el referido a la presunta necesidad
de una "reconciliación".
"Me interesa saber a que qué se
refiere", responde Cristina. "¿A los juicios de lesa humanidad? Porque
ha habido alguna jerarquía eclesiástica que se ha referido a terminar
con los juicios por la memoria, verdad y justicia utilizando justamente
el término “reconciliación”. O tal vez usted se refiera a que me
reconcilie con quienes me desean la muerte, festejan la de Néstor o les
gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir que cesen los insultos, las
agresiones, los golpes a periodistas o la falta de respeto a la voluntad
popular?", señala.
A continuación, el texto completo de la misiva abierta firmada por Cristina Fernández de Kirchner.
Estimado Ricardo Darín
De mi consideración,
Quiero en primer término felicitarlo una vez más por su trayectoria
artística y por haber dado al cine argentino memorables actuaciones.
Entre otras, El Secreto de sus Ojos y un Cuento Chino me parecen
interpretaciones, sobre todo esta última, que no sólo evidencian su
enorme talento sino que han logrado premios y reconocimiento
internacional a nuestro cine.
¿No sé si sabe que soy una cinéfila total?
Pero bueno, como usted imaginará no le envío la presente sólo para
comentarle la cartelera cinematográfica. Si. Acertó. He querido
escribirle luego de leer en varios periódicos del día de hoy sus
inquietudes e interrogantes: “Declaraciones sobre política del
protagonista de la Luz de tus Ojos. Darín: Que alguien me explique el
crecimiento patrimonial de los Kirchner”, titula hoy Clarín en página
24. Se ve que quien escribe la columna, que por otra parte no tiene
firma, no ha visto sus películas, no por lo menos la que yo considero
una de las más lindas, porque confunde el título. Vió. Nada que ver.
No quiero apartarme de una de las cuestiones centrales de sus
preocupaciones: “Que alguien me explique el crecimiento patrimonial de
los Kirchner”.
Es obvio que, por razones de público, notorio y
doloroso conocimiento, - esto último por lo menos para algunos
argentinos -, la única que le puede responder soy yo, Cristina. Y es
precisamente una de las razones que más me movilizaron y decidieron a
hacerlo. Es tan difícil que alguien que no está pueda defenderse que
usted entenderá los motivos por los que le escribo.
Ricardo,
permítame llamarlo por su nombre de pila como usted lo hace conmigo en
su entrevista en la revista Brando, porque es más amigable y aleja toda
posibilidad de pelea y confrontación que tanto parecen afectarlo. No
quiero imaginar cómo se sentiría usted si alguien llevara carteles
escritos por la calle insultándolo, deseando su muerte o festejando la
de su compañero de toda la vida como me ocurre a mi en algunas
manifestaciones opositoras. ¿Nunca vió alguna? Seguro que sus múltiples
ocupaciones y compromisos propios de un artista exitoso le restan tiempo
para una observación más completa de la realidad, pero no se preocupe,
tampoco es culpa suya, seguramente los medios que usted lee no publican
esa información.
Pero sigamos con el tema del crecimiento
patrimonial. Quiero decirle que no ha habido funcionarios públicos, sean
políticos, gobernadores, legisladores, intendentes, jueces o jefes de
gobierno más denunciados penalmente e investigados por la justicia
argentina en materia de enriquecimiento, que quien fuera mi esposo y
compañero de toda la vida, y quien le escribe. No sólo se investigó a
fondo sino que también se designó al cuerpo de peritos de la Corte
Suprema de la Nación para que realizara pericias contables, que duraron
meses, y concluyeron que no se había cometido ningún acto ilícito, lo
que obligó al juez a desestimar las denuncias.
Nunca en toda la
historia política de la Argentina se ha podido acceder a las
Declaraciones Juradas de un funcionario público con mayor facilidad,
frecuencia y publicidad que a las de Néstor Kirchner y Cristina
Fernández de Kirchner.
Ríos de tinta, fotografías, y todo lo
que uno pueda imaginar en torno a una Declaración Jurada. Lo desafío a
que intente encontrar lo mismo de algún funcionario público opositor ma
non troppo, juez, gobernador, legislador o intendente.
Mire
Ricardo, sin ir más lejos hoy otro diario, La Nación, propietario de la
revista Brando donde usted formuló las declaraciones que llamaron mi
atención, publica en su página 16 un reportaje al Gobernador de la
Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli. No sólo me enteré de que
mantiene sus ahorros en dólares (está en todo su derecho a hacerlo) sino
que cuando el periodista le preguntó por el monto de sus divisas, se
rehusó a contestar y declaró que el monto figura en su Declaración
Jurada, que es pública. En un apartado de la nota los periodistas se se
muestran luego sorprendidos porque además, cuando pretendieron acceder a
la información, no se les permitió hacerlo.
Nadie parece
preocuparse por ninguna otra Declaración Jurada que no sea la de “Los
Kirchner” (sic). Sólo se conocen fotos de las casas en que vivíamos
nosotros, y ahora habito solamente con mi hija. ¿Se publican fotos de
las casas de gobernadores, jueces, altos magistrados, intendentes,
concejales, legisladores actuales o de mandato cumplido? Sin embargo
todo el país conoce mi casa, la de Rio Gallegos, y a pesar de que a
pocas cuadras y en el mismo barrio viven dos legisladores de la
oposición en casas mucho más importantes que la mía, nunca se vió una
foto. ¿No le parece raro, Ricardo? Ni hablar de mi casa de El Calafate.
Vió que los medios nunca van al Delta, Punta del Este, Miami. ¿Es
extraño verdad?
Siempre me pregunto por qué siguen también la
vida de mis hijos, dónde van, con quién, y nadie parece preocuparse de
la vida rumbosa que esposas, hijos, hijas y otras yerbas de otros
políticos llevan adelante en fiestas y viajes permanentes que parecen no
tener fin. ¿No le llama la atención? Me parece que las personas con
tantas inquietudes e interrogantes deberían observar estas cosas. Pero
sabe qué, después de todo, el haber sido y seguir siendo los únicos
funcionarios públicos observados y fotografiados con tanta tenacidad,
nos ha permitido demostrar que vivir en un país donde el único político
investigado es el Presidente (o la Presidenta, como me gusta decir a
mi), significa que vivimos con la más absoluta libertad. Eso sí, con la
información más retaceada sobre otros funcionarios.
Sería
bueno, sano y transparente para el sistema democrático si todas las
Declaraciones Juradas de gobernadores, intendentes, jueces, magistrados,
ministros de la corte, estuvieran a disposición de toda la sociedad,
publicadas, analizadas y publicitadas como siempre lo son las de Néstor
Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner.
Usted quería que
alguien le explicara. Ya se lo hemos explicado a la Justicia y a peritos
de la Corte. Descarto, Ricardo, que usted confía en la Justicia. Usted
mismo fue acusado y detenido por un juez en marzo de 1991, por el delito
de contrabando de una camioneta que ingresó al país con una franquicia
especial para discapacitados. Perdón, no le deseo el mal a nadie, pero
menos mal que no estábamos “Los Kirchner” en el gobierno, o hubiera sido
considerado una persecución política. ¿Lo recuerda? La verdad yo lo
había olvidado, con tantas cosas en la cabeza, pero hoy entré a
clarín.com y leí la nota “Un fallo benefició a Darín”, algunos de cuyos
párrafos le transcribo:
Los jueces de la Sala A de la Cámara,
Nicanor Repetto y Edmundo Gendler, consideraron que por el paso del
tiempo la acusación contra el actor está prescripta. Pero se preocuparon
por aclarar que el actor sabía que estaba comprando la camioneta en
forma irregular.
"Debe descartarse bajo todo punto de vista la
buena fe de la compra", apuntaron los jueces. Y advirtieron que el actor
"tuvo una actitud claramente responsable".
Lo que leí y me
llamó la atención en la entrevista de Brando, es su convocatoria a una
reconciliación. Y disculpe si le digo que soy yo la que me gustaría que
explicara que significa para usted “reconciliación” (no se sienta
presionado o intimidado, si prefiere no hacerlo está en todo su
derecho). Porque no vivimos en un país niño, como ha dicho usted y es el
título de la nota de la revista Brando, sino en un país democrático
donde cada uno es libre de decir lo que se le de la gana, y le aclaro
que me encanta vivir así y no como lo hicimos durante los años de la
dictadura. Por eso, ¿Cómo llamaría usted a un país donde nadie hablaba
excepto las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo? Si este es un país niño,
¿aquel qué sería, un país in vitro?
Sigamos con el tema de la
reconciliación. Me interesa saber a que qué se refiere. ¿A los juicios
de lesa humanidad? Porque ha habido alguna jerarquía eclesiástica que se
ha referido a terminar con los juicios por la memoria, verdad y
justicia utilizando justamente el término “reconciliación”. O tal vez
usted se refiera a que me reconcilie con quienes me desean la muerte,
festejan la de Néstor o les gustaría destituirme. ¿No sería mejor pedir
que cesen los insultos, las agresiones, los golpes a periodistas o la
falta de respeto a la voluntad popular?
La palabra
“reconciliación” goza de múltiples acepciones. ¿Con quiénes deberíamos
reconciliarnos? Porque créame, no estoy peleada con nadie, aunque sí es
público y claro que existen diferencias de pensamiento con respecto a
nuestro proyecto de país, políticas públicas, la memoria, verdad y
justicia... y eso es vivir en un país democrático. No ponerse de acuerdo
también es un derecho, como lo es resolver de acuerdo a la voluntad y
responsabilidad que el voto popular le ha asignado a cada uno, sin la
menor soberbia, simplemente con la responsabilidad que me otorga la
Constitución Nacional.
Usted define que el problema de nuestro
país es la falta de “tolerancia”. Hubo un tiempo en que yo usaba esa
palabra, sin embargo me di cuenta de que la significación de tolerar,
era algo así como que te aguanto porque no me queda otro remedio,
entonces decidí cambiarla por “aceptación”. Aceptar al otro, al
diferente, al que piensa y actúa diferente. Piénselo, es más positivo
que tolerar.
¿Recuerda usted algún otro momento del país con
tanta libertad, libertad de palabra, de pensamiento y de
acción?¿Recuerda usted que se haya tratado a un Presidente de la Nación
como se me trata a mi desde medios, dirigencia opositora, etc.? No crea
que me molesta, yo he vivido cuando era joven otro país que era el que
cantaba Charly cuando decía “Los que están en los diarios pueden
desaparecer, los que están en la radio pueden desaparecer, los amigos
del barrio pueden desaparecer, pero los dinosaurios van a desaparecer”.
Afortunadamente ya no estamos en esa etapa del país, aunque algunos
dinosaurios resisten, atacan, impiden y algunas cosas peores. Estoy
segura de que a usted los dinosaurios tampoco le gustan.
No lo
distraigo más. Usted se preguntará y esta mujer, con todo lo que tiene
que hacer, se ocupa de escribirme... Y debo reconocer que soy un poco
cholula y usted es uno de mis actores preferidos. Hoy es sábado 5 de
enero, víspera de Reyes, estoy en El Calafate, leí los diarios y me
pregunté, por qué no explicarle a Ricardo Darín, algo que lo tiene tan
preocupado.
Con todo mi respeto y admiración.
Cristina Fernández de Kirchner
Presidenta de la Nación Argentina
P.D.: Podría haberle contado también como se encontraba nuestro país en
mayo de 2003 cuando Néstor Kirchner asumió con apenas el 22% de los
votos, pero como nunca lo había escuchado hacer declaraciones políticas
antes, en su extensa y exitosa trayectoria, supongo que debía estar más
de acuerdo con el otro país que con este. No lo tome como reproche, está
en todo su derecho. Ah! Me dijeron que su nueva película, un thriller
(le aclaro que me encantan), es muy buena y desde ya me atrevo a
recomendarla. Atentamente y con la misma consideración de siempre.
Tiempo Aegentino.